Glosaba este diario, durante la campaña electoral del pasado mes de mayo, unas declaraciones del presidente Camps afirmando que, gracias a la gestión del Partido Popular, "los valencianos ya no tienen que agachar la cabeza ante nadie". Es innegable que la gestión del PP en nuestra Comunidad se ha plasmado en algunos logros de los que podemos sentirnos orgullosos los valencianos. No es cierto, sin embargo, que los valencianos ya no tengan que agachar la cabeza ante nadie; no lo es, al menos, en la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), y me imagino que la situación será similar, sino peor, en el resto de las universidades valencianas.
Como los profesores, y el arriba firmante lo es desde hace 44 años, sabemos que un ejemplo ilustra una situación mejor que largos razonamientos, ahí va un botón de muestra de la realidad que se vive actualmente en nuestra universidad. Un joven profesor de mi Departamento, valenciano parlante él, había preparado en esta lengua unos apuntes de su asignatura y pretendía publicarlos en el Servicio de Publicaciones de la universidad para que sus alumnos pudieran utilizarlos. Esta publicación, además de su interés para los alumnos que siguen la asignatura en valenciano, supone un mérito docente para la promoción del profesor que, además, en el marco de una política de promoción del valenciano, recibe por hacerla una subvención económica.
Sin embargo, antes de ser publicado, el texto preparado por el profesor debía pasar por el filtro de la denominada Área de Promoción y Normalización Lingüística de la UPV (APNL), situación que, por cierto, no se da para los documentos presentados en cualquier otra lengua, castellano o inglés por ejemplo, a los que lo único que se les exige es que el Departamento correspondiente haya avalado la calidad científica de la publicación.
El mencionado profesor para referirse al verbo "tener" había utilizado el término "tindre", que es el que él, como la inmensa mayoría de los valencianos, ha utilizado toda su vida, y que es un vocablo admitido por la oficial Academia Valenciana de la Lengua (AVL). Los responsables de la mencionada APNL le plantearon, sin embargo, la siguiente disyuntiva al respecto: o accedía a cambiar "tindre" por "tenir", galicismo utilizado en catalán para el verbo en cuestión, en cuyo caso sus apuntes se publicarían, y él conseguiría el mérito docente correspondiente y la mencionada subvención económica o si, por el contrario, deseaba mantener el término "tindre", que es el que él había utilizado toda su vida y que además está admitido por la AVL, sus apuntes serían censurados y no se publicarían, quedándose sin el mérito docente y sin la subvención económica.
Ante esa disyuntiva el profesor, pensando comprensiblemente en su futuro, acabó "agachando la cabeza" y accediendo a utilizar "tenir" en vez de "tindre".
Hay que señalar que este ejemplo no es un caso aislado, sino que ilustra la forma de funcionar de la APNL, a la que quizás sería más apropiado denominar como la Comisión de Censura del Valenciano y Promoción del Catalán. El autor de estas líneas la ha sufrido en sus propias carnes, y su libro en castellano, que es uno de los de mayor tirada de la UPV, no ha sido traducido al valenciano por su exigencia de que, admitiendo que se respetase la normativa oficial de la AVL, se utilizaran los términos y expresiones genuinamente valencianos que esta entidad admite, en vez de las correspondientes formas, pretendidamente "cultas", catalanas. Y no ha sido traducido, pese a haberme ofrecido a costear personalmente los gastos que el cumplimiento de esta exigencia pudiera aparejar. El abajo firmante conoce también más casos de textos escritos en valenciano respetando la normativa oficial de la AVL, cuya publicación ha sido vetada por la mencionada APNL por no utilizar las variantes "cultas" catalanas.
Por cierto, que calificar de culto el estándar lingüístico que inventó hace cien años el ingeniero químico Pompeu Fabra tomando como base el dialecto barceloní, y tachar de vulgar y pueblerina la lengua que protagonizó el primer siglo de oro literario entre las lenguas románica, resulta una idea casi tan pintoresca como el hecho de que quienes defienden lo que, en el mejor de los casos, sería sólo una teoría filológica fuertemente apoyada por un sector independentista y anexionista de la alta burguesía catalana, la autocalifiquen como progresista y de izquierdas (?). Pero no son estas las cuestiones a las que quiero dedicar estas líneas, sino a la de los impresentables procedimientos con los que quienes las preconizan en la UPV pretenden imponérnoslas a quienes no las compartimos.
Una consecuencia de esta política catalanista de la APNL está siendo, precisamente, que en vez de promocionar el uso de la lengua valenciana en la universidad, lo que se está logrando es el efecto contrario, dado que el objetivo de conseguir que el valenciano sea utilizado de forma habitual en todas las facetas de la actividad universitaria, difícilmente va a alcanzarse si la mayoría de los miembros de la comunidad universitaria no reconocen en los textos oficiales en valenciano de la universidad, o en las traducciones al valenciano de sus trabajos, la lengua que aprendieron de sus padres o que oyen hablar habitualmente en su entorno
Si el lector ha tenido la paciencia de llegar hasta aquí, quizás se pregunte: ¿cómo es posible que en pleno siglo XXI y en una universidad que ha sido siempre, incluso en difíciles épocas pretéritas, un espacio de libertad, tolerancia y respeto, se estén perpetrando impunemente semejantes atropellos contra la libertad de expresión, uno de los valores fundamentales de cualquier cultura democrática?
Algunes cites històriques:
Es la lengua valenciana la primera lengua romance literaria de Europa, de cuyos clásicos no sólo aprendieron catalanes sino incluso castellanos. (Menéndez Pidal)
Los mallorquines hablan una lengua que es tan antigua como el inglés y más pura que el catalán o el provenzal, sus parientes más cercanos. (Robert Graves, escritor afincado en Mallorca, en unas declaraciones al periódico "La Vanguardia", Barcelona, 1979,)
me atrevire expondre: no solament de lengua anglesa en portoguesa. Mas encara de portoguesa en vulgar valenciana: perço que la nacio don yo so natural sen puxa alegrar... (Dedicatoria del TIRANT LO BLANCH. Joanot Martorell, Gandia 1413-1468
La noción de catalanismo como la lengua madre de la valenciana y de la balear es falsa históricamente. Las manifestaciones culturales baleáricas y valencianas son muy anteriores a las del catalán". (Torcuato Luca De Tena, miembro de la Real Academia Española de la Lengua, delaró lo anterior en septiembre de 1985)
Acaba la Biblia molt vera e catholica, treta de una biblia del noble mossen Berenguer Vives de Boil, cavaller, la qual fon trellada de aquella propia que fon arromançada, en lo monestir de Portacoeli, de llengua latina en la nostra valenciana. (Traduccio de la Biblia de Bonifaci Ferrer. 1478)
En el CONGRESO DE LENGUAS ROMÁNICAS celebrado en Palma de Mallorca en el año 1980, "XVI Congreso Internacional de Lingüística y Filología Románicas", al que acudieron 800 especialistas en filología románica, representando a 33 países, setecientos sesenta de los asistentes se pronunciaron en favor de la denominación mallorquín-balear para la lengua en uso en Baleares.
Manuel Sanchis Guarner, en "La llengua dels valencians", Valencia 1933, diu "LA LLENGUA DELS VALENCIANS ES EL VALENCIÀ...Som valencians, i el nostre idioma es el valencià...Qui renuncia a sa llengua renuncia a sa patria i el qui renega de la seua patria es com el qui renega de la seua mare..."
La llengua te vida propia independent, lliteratura propia i pot formar la seua historia d'evolució morfológica dende que s'emancipa de sa mare. El dialecte no pot tindre vida independent, ni molt menys lliteratura propia; per lo tant, rigause d'aquells que sostenen que el valenciá es un pur dialecte; eixos no han llegit nostres clássics del sigles XIV, XV, XV, i XVII. (Pare Lluïs Fullana i Mira. 1916 )
De estas Cortes de 1261 data la traducción general de los Fueros del latín al valenciano... Dicho texto latino, que contiene una serie de palabras en romance, las contiene en romance valenciano, ya que incluso algunas de las empleadas lo son en fueros que se remiten a la costumbre en tiempo de los moros, lo que lógicamente presupone que tales palabras ya eran usuales en Valencia antes de la reconquista... (Simó Santonja. 1975)